miércoles, 21 de abril de 2010

Gobierno Móvil: Conceptos, posibilidades de aplicación y una experiencia en el Ecuador

Referencia:

2009___CARRION Hugo, LARENAS René y CARRION Melania, Gobierno Móvil: Conceptos, posibilidades de aplicación y una experiencia en el Ecuador, Grupo FARO, Quito.

Versión digital disponible en: http://www.imaginar.org/docs/L_mgobierno_NED.pdf

“Hacia la nueva universidad ecuatoriana: Aportes al debate de la Ley de Educación Superior”

Referencia:

2010___CARRION Melania y Figueroa Rodolfo, “Hacia la nueva universidad ecuatoriana: Aportes al debate de la Ley de Educación Superior”. Un estudio en perspectiva comparada de la legislación de educación superior en la región, España y Ecuador. UNIVERSIDAD DIEGO PORTALES – CENTRO DE POLÍTICAS COMPARADAS DE EDUCACIÓN SUPERIOR, FUNDACIÓN ECUADOR, GRUPO FARO.

En Prensa. Versión digital alternativa disponible en: www.cpce.cl/.../90-16-hacia-la-nueva-universidad-ecuatoriana-aportes-al-debate-de-la-ley-de-educacion-superior

“Oportunidades y desafíos legales para la gobernabilidad subnacional en el Ecuador”

Referencia:

2010___CARRION Melania, “Oportunidades y desafíos legales para la gobernabilidad subnacional en el Ecuador”, en Mecanismos de Buen Gobierno en Ecuador. Una mirada a lo municipal. Grupo FARO – Global Integrity – Pathership for Transparency Found PTF, Quito.

Versión digital disponible en: http://www.grupofaro.org/archivos/2010/publicaciones/buengobecu.pdf

“Accountability a nivel subnacional. Estudio de los principales 24 municipios del Ecuador”

Referencia:

2010___CARRION Melania y Carrión Paulo, “Accountability a nivel subnacional. Estudio de los principales 24 municipios del Ecuador”, en Mecanismos de Buen Gobierno en Ecuador. Una mirada a lo municipal. Grupo FARO – Global Integrity – Pathership for Transparency Found PTF, Quito.

Versión digital disponible en:

“Coordinación Territorial. Marco conceptual, experiencias y desafíos para el Ecuador”

Referencia:

2009___CARRION Melania y ORDÓNEZ Andrea, “Coordinación Territorial. Marco conceptual, experiencias y desafíos para el Ecuador”. Estudio auspiciado por el Banco Interamericano de Desarrollo, publicado en serie Ciudadanizando las políticas, abril 2009, Quito -Grupo FARO.

Versión digital disponible en: http://www.grupofaro.org/publicaciones.php?id=31

Ni regalitos ni chantajes a cambio de tu voto

Referencia:

2009___CARRION Melania y BELLETTINI Orazio, "Ni regalitos ni chantajes a cambio de tu voto", en Uso del conocimiento para promover los derechos económicos, sociales y culturales en América Latina.
CIPPEC - GDN, Buenos Aires.
ISBN 978-987-1479-14-6

“Partidos políticos y Think Tanks en el Ecuador”, en Dime a quien escuchas. Think Tanks y partidos políticos en América Latina

Un estudio que explora la relación de los Think Tanks y los Partidos Políticos en el Ecuador. En particular analiza los nexos: ILDIS - Izquierda Democrática; CORDES -Democracia Popular y, FLACSO - Alianza País, presentando un modelo de análisis de estas relaciones en función de su identidad ideológico - programática y el tipo de intercambios/vinculos.

Referencia:
2009___BELLETTINI Orazio y CARRION Melania, “Partidos políticos y Think Tanks en el Ecuador”, en Dime a quien escuchas. Think Tanks y partidos políticos en América Latina, Overseas Development Institute ODI e IDEA Internacional, Perú.
ISBN: 978-91-85724-73-4

Versión digital disponible en: http://www.idea.int/publications/thinking_politics/index.cfm

sábado, 15 de noviembre de 2008

“Correa si cumple sus promesas, el si nos ayuda”

Según últimos informes de la CEPAL y del BID sobre gasto social en América Latina, el Ecuador no solo es uno de los países con menor gasto social por persona en la región sino también uno de los que destina menos proporción de sus recursos para la inversión social, situación que desde finales de la década de los 90s y hasta el añ0 2007 no ha mostrado importante variación, dando lugar a la gran deuda social que han tenido los gobiernos de turno.
No está por demás recordar que la deuda social tuvo como aliados las recetas neoliberales de los organismos financieros internacionales y sus propuestas de modernización del Estado y eficiencia del gasto aplicadas en la región desde mediados de los 80s. Los programas de ajuste estructural incluyeron medidas como la focalización y descentralización de los programas sociales. Si bien el Ecuador no llegó a aplicar todo el recetario neoliberal como sucedió con países como Argentina y Brasil, el impacto en la brecha entre pobres y ricos no fue menor.
En este escenario, es rescatable que el actual gobierno haya asumido como reto el pago de esa gran deuda social y que haya centrado en su gestión la política social; medidas como el incremento del bono solidario, de los bonos de la vivienda y otros, son algunas manifestaciones de esa preocupación. Sin embargo, también es necesario advertir el peligro al asumir algunos enfoques en los programas sociales dirigidos a los “más pobres”. Es necesario que el ciudadano de a pie redimensione estas acciones, no puede seguir viéndoselas como la “ayuda” de un candidato o partido ahora en el Gobierno, sino como lo que son, medidas de promoción de los derechos económicos y sociales, derechos en sí mismos y que además debe decirse, fueron aplicadas como medidas temporales para palear los efectos del ajuste.
Ya es tiempo de difundir el ejercicio de derechos y ciudadanizar el acceso a los servicios, es un momento oportuno para dar nuevo contenido a la práctica estatal y quitarle los membretes asistencialistas que solo da lugar a la manipulación del voto. Mejor que los ciudadanos digan esté gobierno por fin está cumpliendo con sus obligaciones a escuchar afirmaciones como “Correa si cumple con sus promesas”, “él si nos ayuda”. Además, esperemos que el incremento en lo social sea el vaticinio del estado de bienestar y no, como antes, el de nuevas reformas neoliberales.
Por. Melania N. Carrión.
ARtículo publicado en Diario la HORA,octubre de 2008

domingo, 19 de octubre de 2008

La reforma universitaria

La Constitución incorpora necesarios cambios al sistema de educación superior, la planificación, gratuidad, la garantía de calidad, restricciones para la creación de universidades e institutos superiores técnicos y tecnológicos de garaje y la autonomía con responsabilidad social, son algunas de las innovaciones institucionales.
Es materia pendiente la Ley de Educación Superior, en ella, entre múltiples aspectos, deberá darse forma al organismo público de planificación, regulación y coordinación interna, reconocido en el Art.353 de la Constitución, así como al organismo público de acreditación y aseguramiento de calidad de la Educación Superior.
Los dos organismos tienen por su naturaleza y experiencia previa, características diferenciales que la nueva Ley debe contemplar, tanto más cuánto qué, el gran reto de la reforma universitaria será lograr e institucionalizar verdadera calidad académica en el sistema. Los retos que se presentan son los mismos de siempre y que son secreto a voces: eliminar el corporativismo, la politiquería, la creación de universidades sin articulación a las necesidades y objetivos de desarrollo, la tendencia a ver la educación superior como un negocio, entre otros.
Estos desafíos serán enfrentados siempre y cuando el diseño de los dos organismos públicos evite los errores del pasado. La nueva Ley, deberá evitar las incongruencias y la inacción que se daba en la Asamblea Universitaria, deberá en consecuencia, poner frenos y contrapeso, pero también deberá establecerse funciones, roles y disponer la reglamentación de esta instancia de decisión y deliberación. El organismo de acreditación y de aseguramiento de la calidad de la educación superior, deberá conformarse bajo criterios técnicos, haciéndola impermeable a la injerencia política y dotándola de capacidad resolutoria vinculante en la creación y funcionamiento de las universidades e institutos.
Otros desafíos para la nueva Ley de Educación Superior son garantizar la homogeneidad en las titulaciones, no es posible que en nombre de la libertad de cátedra y de la autonomía universitaria muchos centros de educación superior hayan institucionalizado sistemas que han demostrado falencias y que no permiten que un estudiante pueda equiparar sus créditos en otras universidades por la incompatibilidad entre programas. La reforma universitaria debe ser en verdad revolucionaria.
Artículo Publicadoe en Diario La Hora, 18 de octubre de 2008

La reforma universitaria

La Constitución incorpora necesarios cambios al sistema de educación superior, la planificación, gratuidad, la garantía de calidad, restricciones para la creación de universidades e institutos superiores técnicos y tecnológicos de garaje y la autonomía con responsabilidad social, son algunas de las innovaciones institucionales.
Es materia pendiente la Ley de Educación Superior, en ella, entre múltiples aspectos, deberá darse forma al organismo público de planificación, regulación y coordinación interna, reconocido en el Art.353 de la Constitución, así como al organismo público de acreditación y aseguramiento de calidad de la Educación Superior.
Los dos organismos tienen por su naturaleza y experiencia previa, características diferenciales que la nueva Ley debe contemplar, tanto más cuánto qué, el gran reto de la reforma universitaria será lograr e institucionalizar verdadera calidad académica en el sistema. Los retos que se presentan son los mismos de siempre y que son secreto a voces: eliminar el corporativismo, la politiquería, la creación de universidades sin articulación a las necesidades y objetivos de desarrollo, la tendencia a ver la educación superior como un negocio, entre otros.
Estos desafíos serán enfrentados siempre y cuando el diseño de los dos organismos públicos evite los errores del pasado. La nueva Ley, deberá evitar las incongruencias y la inacción que se daba en la Asamblea Universitaria, deberá en consecuencia, poner frenos y contrapeso, pero también deberá establecerse funciones, roles y disponer la reglamentación de esta instancia de decisión y deliberación. El organismo de acreditación y de aseguramiento de la calidad de la educación superior, deberá conformarse bajo criterios técnicos, haciéndola impermeable a la injerencia política y dotándola de capacidad resolutoria vinculante en la creación y funcionamiento de las universidades e institutos.
Otros desafíos para la nueva Ley de Educación Superior son garantizar la homogeneidad en las titulaciones, no es posible que en nombre de la libertad de cátedra y de la autonomía universitaria muchos centros de educación superior hayan institucionalizado sistemas que han demostrado falencias y que no permiten que un estudiante pueda equiparar sus créditos en otras universidades por la incompatibilidad entre programas. La reforma universitaria debe ser en verdad revolucionaria.

Artículo Publicadoe en Diario La Hora, 18 de octubre de 2008

lunes, 8 de septiembre de 2008

Las políticas públicas en el proyecto de Montecristi

El proceso de formulación de políticas públicas, esto es, las respuestas que el Estado y otros actores sociales dan a las principales demandas de una comunidad, no han sido el foco de atención de los proceso de reforma legal y menos aún constitucional, no al menos en el reconocimiento de tal categoría de forma explícita. Sin embargo, por vez primera en el proyecto de Constitución que se someterá al referéndum se eleva a la calidad de “garantía constitucional” las políticas públicas, los servicios públicos y la participación ciudadana, ¿qué implicaciones tendrá esto para la administración y gestión pública?
Una disposición constitucional de tal magnitud, invoca la necesidad de repensar el gestionar de lo público y la manera en que el gobierno central, su instancias administrativas y los gobiernos seccionales responden a las demandas ciudadanas en clave democrática. Que se incluya en el proyecto de constitución a las políticas públicas no supone que los actores estatales, privados y ciudadanos no hayan estado participando en alguna de las fases del proceso de las políticas, confirma eso sí, la necesaria modernización de la forma de administrar los recursos del estado con la participación conjunta de los actores sociales involucrados.
Las políticas públicas deberán ser resultado de procesos de participación y socialización comunitaria, no podrán diseñarse sin diagnósticos rigurosos y objetivados de las problemáticas de una comunidad y deberán suponer el uso de modernas técnicas metodológicas de investigación, análisis e interpretación de información.
Pero también deberá asumirse como supuestos básicos e innegociables criterios como la territorialidad, nadie que se haya acercado a un mediano conocimiento de experiencias exitosas y buenas prácticas puede desconocer que el desarrollo se construye con y desde lo local; las macro respuestas a las demandas ciudadanas provenientes desde el Gobierno Central deben articularse a verdaderos procesos de planificación, administración y gestión del desarrollo local. Si bien es un gran avance incluir en el proyecto de Montecristi esta categoría, el desafío se presenta ahora para los gobiernos seccionales quienes deberán lidiar con un gobierno central más fuerte, con un sistema de planificación centralizado y la necesidad de construir desde lo local eficientes y eficaces políticas públicas.
Por Melania Noemí Carrión (Artículo publicado en Diario La Hora Loja, el 6 de septiembre de 2008)

domingo, 24 de agosto de 2008

SI o No (II)

Ya se ha dicho y no pretendo repetir sin beneficio de inventario que un escenario con el SI abrumador significa en resumen, ratificar el “proyecto Correa” y en consecuencia dar carta abierta a su gestión; que el escenario de un SI ganador con escaso margen, implicaría que el Gobierno deba reflexionar y sentarse a concertar con distintos sectores y actores; y, que el triunfo del No, el famoso escenario menos probable asecharía un duro golpe al gobierno y deslegitimaría la apuesta por el cambio en el que muchos sectores aún tienen esperanza.
Pretendo sí aludir a lo que no pasaría en cada uno de estos supuestos. Un SI abrumador, no será el escenario de carta abierta al “totalitarismo” que muchos sectores manejan, por una simple razón, la sociedad civil organizada y no organizada en el Ecuador pese a su actual desmovilización no lo va a tolerar, tener cultura política autoritaria no es sinónimo de “desear” y permitir totalitarismo; tampoco es el escenario ideal de los sectores radicales que han puesto sus más nobles ilusiones de cambio en un proceso que ya se ha dicho de “reforma” y no de “revolución”; pero por supuesto, tampoco será el escenario que recate a las viejas elites y que restituya un desgastado sistema político contra el que la gran mayoría de ecuatorianos se pronunció.
En esta misma lógica de reflexión, un NO triunfador, no será el escenario de “volver al pasado” tal cual lo conocimos, porque la experiencia de los últimos años ha enseñado a la “partidocracia” y a las aún no vetustas castas políticas, que hay que “innovar”, que el poder se va de las manos cuando se lo deja ir y les permitirá afianzarse bajo nuevas vestiduras, les dará carta abierta para volver “recargadas”; el NO, tampoco será como muchos llamados radicales defienden, la posibilidad de “re articular” un proyecto de “izquierda”, esa agudización de contradicciones que pretenden es más utópica que muchas de las causas que ahora promueven; pero tampoco será el escenario que la mayor parte de ecuatorianos han estado anhelando, ni el devenir que muchas luchas sociales en más de una década han labrado, eso está claro.
Por lo dicho, votar SI en el referéndum implica además de reconocer que la naciente constitución es mejor que la de 1998, aquilatar las consecuencias que para el sistema político tendría decir NO o anular el voto.
Por। Melania Noemí Carrión G. (Artículo publicado en Diario La Hora Loja २३ दे agosto)

SI o No (II)

Ya se ha dicho y no pretendo repetir sin beneficio de inventario que un escenario con el SI abrumador significa en resumen, ratificar el “proyecto Correa” y en consecuencia dar carta abierta a su gestión; que el escenario de un SI ganador con escaso margen, implicaría que el Gobierno deba reflexionar y sentarse a concertar con distintos sectores y actores; y, que el triunfo del No, el famoso escenario menos probable asecharía un duro golpe al gobierno y deslegitimaría la apuesta por el cambio en el que muchos sectores aún tienen esperanza.
Pretendo sí aludir a lo que no pasaría en cada uno de estos supuestos. Un SI abrumador, no será el escenario de carta abierta al “totalitarismo” que muchos sectores manejan, por una simple razón, la sociedad civil organizada y no organizada en el Ecuador pese a su actual desmovilización no lo va a tolerar, tener cultura política autoritaria no es sinónimo de “desear” y permitir totalitarismo; tampoco es el escenario ideal de los sectores radicales que han puesto sus más nobles ilusiones de cambio en un proceso que ya se ha dicho de “reforma” y no de “revolución”; pero por supuesto, tampoco será el escenario que recate a las viejas elites y que restituya un desgastado sistema político contra el que la gran mayoría de ecuatorianos se pronunció.
En esta misma lógica de reflexión, un NO triunfador, no será el escenario de “volver al pasado” tal cual lo conocimos, porque la experiencia de los últimos años ha enseñado a la “partidocracia” y a las aún no vetustas castas políticas, que hay que “innovar”, que el poder se va de las manos cuando se lo deja ir y les permitirá afianzarse bajo nuevas vestiduras, les dará carta abierta para volver “recargadas”; el NO, tampoco será como muchos llamados radicales defienden, la posibilidad de “re articular” un proyecto de “izquierda”, esa agudización de contradicciones que pretenden es más utópica que muchas de las causas que ahora promueven; pero tampoco será el escenario que la mayor parte de ecuatorianos han estado anhelando, ni el devenir que muchas luchas sociales en más de una década han labrado, eso está claro.
Por lo dicho, votar SI en el referéndum implica además de reconocer que la naciente constitución es mejor que la de 1998, aquilatar las consecuencias que para el sistema político tendría decir NO o anular el voto.
Por। Melania Noemí Carrión G. (Artículo publicado en Diario La Hora Loja २३ दे agosto)

SI o No (II)

Ya se ha dicho y no pretendo repetir sin beneficio de inventario que un escenario con el SI abrumador significa en resumen, ratificar el “proyecto Correa” y en consecuencia dar carta abierta a su gestión; que el escenario de un SI ganador con escaso margen, implicaría que el Gobierno deba reflexionar y sentarse a concertar con distintos sectores y actores; y, que el triunfo del No, el famoso escenario menos probable asecharía un duro golpe al gobierno y deslegitimaría la apuesta por el cambio en el que muchos sectores aún tienen esperanza.
Pretendo sí aludir a lo que no pasaría en cada uno de estos supuestos. Un SI abrumador, no será el escenario de carta abierta al “totalitarismo” que muchos sectores manejan, por una simple razón, la sociedad civil organizada y no organizada en el Ecuador pese a su actual desmovilización no lo va a tolerar, tener cultura política autoritaria no es sinónimo de “desear” y permitir totalitarismo; tampoco es el escenario ideal de los sectores radicales que han puesto sus más nobles ilusiones de cambio en un proceso que ya se ha dicho de “reforma” y no de “revolución”; pero por supuesto, tampoco será el escenario que recate a las viejas elites y que restituya un desgastado sistema político contra el que la gran mayoría de ecuatorianos se pronunció.
En esta misma lógica de reflexión, un NO triunfador, no será el escenario de “volver al pasado” tal cual lo conocimos, porque la experiencia de los últimos años ha enseñado a la “partidocracia” y a las aún no vetustas castas políticas, que hay que “innovar”, que el poder se va de las manos cuando se lo deja ir y les permitirá afianzarse bajo nuevas vestiduras, les dará carta abierta para volver “recargadas”; el NO, tampoco será como muchos llamados radicales defienden, la posibilidad de “re articular” un proyecto de “izquierda”, esa agudización de contradicciones que pretenden es más utópica que muchas de las causas que ahora promueven; pero tampoco será el escenario que la mayor parte de ecuatorianos han estado anhelando, ni el devenir que muchas luchas sociales en más de una década han labrado, eso está claro.
Por lo dicho, votar SI en el referéndum implica además de reconocer que la naciente constitución es mejor que la de 1998, aquilatar las consecuencias que para el sistema político tendría decir NO o anular el voto.
Por। Melania Noemí Carrión G. (Artículo publicado en Diario La Hora Loja २३ दे agosto)

SI o No (II)

Ya se ha dicho y no pretendo repetir sin beneficio de inventario que un escenario con el SI abrumador significa en resumen, ratificar el “proyecto Correa” y en consecuencia dar carta abierta a su gestión; que el escenario de un SI ganador con escaso margen, implicaría que el Gobierno deba reflexionar y sentarse a concertar con distintos sectores y actores; y, que el triunfo del No, el famoso escenario menos probable asecharía un duro golpe al gobierno y deslegitimaría la apuesta por el cambio en el que muchos sectores aún tienen esperanza.
Pretendo sí aludir a lo que no pasaría en cada uno de estos supuestos. Un SI abrumador, no será el escenario de carta abierta al “totalitarismo” que muchos sectores manejan, por una simple razón, la sociedad civil organizada y no organizada en el Ecuador pese a su actual desmovilización no lo va a tolerar, tener cultura política autoritaria no es sinónimo de “desear” y permitir totalitarismo; tampoco es el escenario ideal de los sectores radicales que han puesto sus más nobles ilusiones de cambio en un proceso que ya se ha dicho de “reforma” y no de “revolución”; pero por supuesto, tampoco será el escenario que recate a las viejas elites y que restituya un desgastado sistema político contra el que la gran mayoría de ecuatorianos se pronunció.
En esta misma lógica de reflexión, un NO triunfador, no será el escenario de “volver al pasado” tal cual lo conocimos, porque la experiencia de los últimos años ha enseñado a la “partidocracia” y a las aún no vetustas castas políticas, que hay que “innovar”, que el poder se va de las manos cuando se lo deja ir y les permitirá afianzarse bajo nuevas vestiduras, les dará carta abierta para volver “recargadas”; el NO, tampoco será como muchos llamados radicales defienden, la posibilidad de “re articular” un proyecto de “izquierda”, esa agudización de contradicciones que pretenden es más utópica que muchas de las causas que ahora promueven; pero tampoco será el escenario que la mayor parte de ecuatorianos han estado anhelando, ni el devenir que muchas luchas sociales en más de una década han labrado, eso está claro.
Por lo dicho, votar SI en el referéndum implica además de reconocer que la naciente constitución es mejor que la de 1998, aquilatar las consecuencias que para el sistema político tendría decir NO o anular el voto.
Por। Melania Noemí Carrión G. (Artículo publicado en Diario La Hora Loja २३ दे agosto)

SI o No (II)

Ya se ha dicho y no pretendo repetir sin beneficio de inventario que un escenario con el SI abrumador significa en resumen, ratificar el “proyecto Correa” y en consecuencia dar carta abierta a su gestión; que el escenario de un SI ganador con escaso margen, implicaría que el Gobierno deba reflexionar y sentarse a concertar con distintos sectores y actores; y, que el triunfo del No, el famoso escenario menos probable asecharía un duro golpe al gobierno y deslegitimaría la apuesta por el cambio en el que muchos sectores aún tienen esperanza.
Pretendo sí aludir a lo que no pasaría en cada uno de estos supuestos. Un SI abrumador, no será el escenario de carta abierta al “totalitarismo” que muchos sectores manejan, por una simple razón, la sociedad civil organizada y no organizada en el Ecuador pese a su actual desmovilización no lo va a tolerar, tener cultura política autoritaria no es sinónimo de “desear” y permitir totalitarismo; tampoco es el escenario ideal de los sectores radicales que han puesto sus más nobles ilusiones de cambio en un proceso que ya se ha dicho de “reforma” y no de “revolución”; pero por supuesto, tampoco será el escenario que recate a las viejas elites y que restituya un desgastado sistema político contra el que la gran mayoría de ecuatorianos se pronunció.
En esta misma lógica de reflexión, un NO triunfador, no será el escenario de “volver al pasado” tal cual lo conocimos, porque la experiencia de los últimos años ha enseñado a la “partidocracia” y a las aún no vetustas castas políticas, que hay que “innovar”, que el poder se va de las manos cuando se lo deja ir y les permitirá afianzarse bajo nuevas vestiduras, les dará carta abierta para volver “recargadas”; el NO, tampoco será como muchos llamados radicales defienden, la posibilidad de “re articular” un proyecto de “izquierda”, esa agudización de contradicciones que pretenden es más utópica que muchas de las causas que ahora promueven; pero tampoco será el escenario que la mayor parte de ecuatorianos han estado anhelando, ni el devenir que muchas luchas sociales en más de una década han labrado, eso está claro.
Por lo dicho, votar SI en el referéndum implica además de reconocer que la naciente constitución es mejor que la de 1998, aquilatar las consecuencias que para el sistema político tendría decir NO o anular el voto.
Por। Melania Noemí Carrión G. (Artículo publicado en Diario La Hora Loja २३ दे agosto)

SI o No (II)

Ya se ha dicho y no pretendo repetir sin beneficio de inventario que un escenario con el SI abrumador significa en resumen, ratificar el “proyecto Correa” y en consecuencia dar carta abierta a su gestión; que el escenario de un SI ganador con escaso margen, implicaría que el Gobierno deba reflexionar y sentarse a concertar con distintos sectores y actores; y, que el triunfo del No, el famoso escenario menos probable asecharía un duro golpe al gobierno y deslegitimaría la apuesta por el cambio en el que muchos sectores aún tienen esperanza.
Pretendo sí aludir a lo que no pasaría en cada uno de estos supuestos. Un SI abrumador, no será el escenario de carta abierta al “totalitarismo” que muchos sectores manejan, por una simple razón, la sociedad civil organizada y no organizada en el Ecuador pese a su actual desmovilización no lo va a tolerar, tener cultura política autoritaria no es sinónimo de “desear” y permitir totalitarismo; tampoco es el escenario ideal de los sectores radicales que han puesto sus más nobles ilusiones de cambio en un proceso que ya se ha dicho de “reforma” y no de “revolución”; pero por supuesto, tampoco será el escenario que recate a las viejas elites y que restituya un desgastado sistema político contra el que la gran mayoría de ecuatorianos se pronunció.
En esta misma lógica de reflexión, un NO triunfador, no será el escenario de “volver al pasado” tal cual lo conocimos, porque la experiencia de los últimos años ha enseñado a la “partidocracia” y a las aún no vetustas castas políticas, que hay que “innovar”, que el poder se va de las manos cuando se lo deja ir y les permitirá afianzarse bajo nuevas vestiduras, les dará carta abierta para volver “recargadas”; el NO, tampoco será como muchos llamados radicales defienden, la posibilidad de “re articular” un proyecto de “izquierda”, esa agudización de contradicciones que pretenden es más utópica que muchas de las causas que ahora promueven; pero tampoco será el escenario que la mayor parte de ecuatorianos han estado anhelando, ni el devenir que muchas luchas sociales en más de una década han labrado, eso está claro.
Por lo dicho, votar SI en el referéndum implica además de reconocer que la naciente constitución es mejor que la de 1998, aquilatar las consecuencias que para el sistema político tendría decir NO o anular el voto.
Por। Melania Noemí Carrión G. (Artículo publicado en Diario La Hora Loja २३ दे agosto)

sábado, 28 de junio de 2008

¿Mal Paso?

La renuncia de Acosta a la presidencia de la ANC devela las facciones internas de Alianza País, la carencia de una estructura política programática e institucionalizada y la vigencia del personalismo en la política ecuatoriana; pero también asecha un duro golpe al proyecto de la Revolución Ciudadana y lo que con ella está en juego।Como todo en política, permanecer en la carrera para concluir el Texto Constitucional en el tiempo establecido o arriesgarse a prolongarlo, significa sopesar resultados y efectos políticos. Acosta pertenece al ala de quienes creen que en nombre de la "ley" en este caso del Estatuto, no puede sacrificarse la calidad del texto y un necesario y mínimo debate, más aún cuando se trata de la mayor de las apuestas del proyecto "progresista" de Alianza País. No se trata de buscar culpables, pero que la Asamblea no se ajuste al tiempo establecido es responsabilidad no solo de la oposición porque el Gobierno y los Asambleístas saben que al final del día los debates más acalorados se daban a lo interno de Alianza País, sino también al tiempo consumido en nombre de los "mandatos" y, por supuesto a la escasa formación de los asambleístas.


Correa tuvo que decidir entre apoyar una constitución al apuro o una constitución que luego podría ser juzgada por ilegal; en el primer caso sin embargo, se juega la oportunidad histórica de sentar las bases de un proceso que por ahora no muestra claridad y que más bien parece cargado de improvisación; y, en el segundo, la feroz crítica de la una "oposición" aún somnolienta. La decisión no compartida con Acosta optó por la primera opción, sacrificar la legitimidad de una Constitución realizada a conciencia, con responsabilidad y compromiso histórico, la que bien hecha podría ser respaldada por el mismo pueblo; antes que "dar gusto" a la oposición, cayendo en la seducción primitiva del cálculo político a corto plazo.Los efectos de esta decisión que luego la historia podría juzgar como un "mal paso", o el "gran mal paso" atañen no solo al pueblo ecuatoriano, sino también a la carrera política de Correa y de Acosta, uno de los dos será recordado como coherente, visionario y el otro como terco y desleal, todo dependerá de cómo se incida en la opinión pública, la gestión del gobierno antes del referéndum y los reultados que el pueblo vea en el nuevo texto constitucional.Artículo Publicado en Diario La Hora Loja, 28 de julio de 2008.

martes, 17 de junio de 2008

He decidido engordar al monstruo capitalista

Creo en la libertad y la defiendo por sobre todas las cosas. ¿Pero cuál es la forma más visible de la libertad en esta era? La respuesta es simple: la libertad de consumir toda clase de bienes y servicios para acrecentar mi satisfacción, una satisfacción primariamente material.
Entonces, quien guía mi libertad, es el consumo, hijo que disputa con novísimas formas de explotación, el amor del su padre el capitalismo enaltecido. Su degeneración, el consumismo, que se sustenta sobre la ley de la oferta y la demanda tiene un supuesto básico: “no hay límites para nuestras necesidades”, “si estas estás ausentes, el mercado las crea”.
Si ya estamos embarcados en el “tren de la historia”, una historia que no tendrá marcha a tras; nos quedan por lo menos dos opciones: seguir engordando al monstruo capitalista, a ese que vende y vende sin consideraciones éticas, sin develar las lógicas de explotación que esconden sus productos; o le obligamos a cambiar su dieta, sin intentar siquiera matarlo.
Elijo engordarlo, cuando compro marcas y productos que esconden relaciones de explotación, cuando prefiero apoyar la industria multinacional afectando las iniciativas nacionales; cuando habiendo varios oferentes de soda, yo escojo aquella que no compite en las misma condiciones y que se ha constituido como monopolio; cuando no enseño a mis hijos a mirar la satisfacción de necesidades y por el contrario les enseño a comprar marcas y a dejarse seducir por cada innovación tecnológica; cuando jamás me pregunto a quien irá el dinero que invierto o gasto en una mercancía; cuando no me importa el peso que sobre el ambiente y en consecuencia sobre las futuras generaciones tiene la lógica comercial; o. cuando compro productos que dañan la capa de ozono. Pero ¿qué más da? ¡Soy libre y puedo elegir comprar lo yo quiera!
Es posible que la solución a la innegable debacle hacia la que el mundo se dirige, sea un giro en mis prácticas de consumo, en promover una generación de resistencia y liberación sin dejar de comprar lo que necesito, sin dejar mi libertad. Si la oferta y competencia se basa en la demanda, me pregunto: ¿por qué no obligar a que los empresarios compitan por ofrecer un producto que será consumido con consideraciones éticas? Como siempre la reflexión queda abierta y algo me dice que Marcuse y Sartre no se equivocaron.
Por. Melania N. Carrión (Artículo publicado en Diario LA HORA, 14 de junio de 2008)

domingo, 1 de junio de 2008

La era de la silenciosa explotación intelectual

Es probable que con tan solo leer el intitulado el lector pueda inferir el contenido de este artículo y seguro yo no tendría mucho que argüir de no ser porque se trata de una realidad latente, bastante naturalizada en nuestra sociedad, pero necesaria de repensar y discutir.
La llamada “sociedad del conocimiento”, ha permitido grandes avances y procesos de tecnificación, pero nos está dejando una compleja problemática que se profundiza día a día y que muy poco se ha observado. Así como la industrialización incentivó la emergencia de una gran clase obrera la que a criterio de Marx debía regentar la revolución que abriera paso al socialismo, así el capitalismo recargado ha generado ya no solo grandes capas obreras, sino amplias clases medias de profesionales e intelectuales, que estando en la lógica del mercado y siendo explotados a mansalva y de manera inhumana son las actuales víctimas de la una explotación silenciosa.
En todo momento escuchamos demandas laborales, estas en el mejor de los casos proviene de un pequeño número de profesionales insertos en empresas privadas y/o estatales; de un número medianamente importante de agremiados o sindicalistas; pero no se escucha la voz de los “consultores”, “académicos”, “investigadores” o “profesores universitarios”, para citar algunos ejemplos.
¿Por qué me refiero estos últimos que más allá de vender su fuerza física, la que a menudo es más fácil de estandarizar; venden su fuerza intelectual, la que es más difícil de medir, la que requiere una gran inversión de tiempo, preparación y muchas veces grandes sacrificios? Porque en nuestra sociedad, con la venia de instancias estatales, con la aceptación de los sectores involucrados y la naturalización por parte de la sociedad; se está alcahueteando nuevas formas de explotación más inhumanas que las que conocieron los obreros del siglo XIX de Marx.
Lo inaudito es que precisamente, entre esos sectores que sufren de explotación intelectual, hay muchos etiquetados “intelectuales progresistas” que están pensando formas de reivindicación social, sin siquiera ser totalmente concientes de la explotación que contra ellos mismos se realiza. Siguiendo la lógica del requerimiento marxista al proletariado, los sectores emergentes de la “sociedad del conocimiento”, podemos y debemos abanderar verdaderos procesos de dignificación y revolución.
Por. Melania N. Carrión. (Artículo publicado en Diario La Hora, 21 de mayo de 2008)