domingo, 24 de agosto de 2008

SI o No (II)

Ya se ha dicho y no pretendo repetir sin beneficio de inventario que un escenario con el SI abrumador significa en resumen, ratificar el “proyecto Correa” y en consecuencia dar carta abierta a su gestión; que el escenario de un SI ganador con escaso margen, implicaría que el Gobierno deba reflexionar y sentarse a concertar con distintos sectores y actores; y, que el triunfo del No, el famoso escenario menos probable asecharía un duro golpe al gobierno y deslegitimaría la apuesta por el cambio en el que muchos sectores aún tienen esperanza.
Pretendo sí aludir a lo que no pasaría en cada uno de estos supuestos. Un SI abrumador, no será el escenario de carta abierta al “totalitarismo” que muchos sectores manejan, por una simple razón, la sociedad civil organizada y no organizada en el Ecuador pese a su actual desmovilización no lo va a tolerar, tener cultura política autoritaria no es sinónimo de “desear” y permitir totalitarismo; tampoco es el escenario ideal de los sectores radicales que han puesto sus más nobles ilusiones de cambio en un proceso que ya se ha dicho de “reforma” y no de “revolución”; pero por supuesto, tampoco será el escenario que recate a las viejas elites y que restituya un desgastado sistema político contra el que la gran mayoría de ecuatorianos se pronunció.
En esta misma lógica de reflexión, un NO triunfador, no será el escenario de “volver al pasado” tal cual lo conocimos, porque la experiencia de los últimos años ha enseñado a la “partidocracia” y a las aún no vetustas castas políticas, que hay que “innovar”, que el poder se va de las manos cuando se lo deja ir y les permitirá afianzarse bajo nuevas vestiduras, les dará carta abierta para volver “recargadas”; el NO, tampoco será como muchos llamados radicales defienden, la posibilidad de “re articular” un proyecto de “izquierda”, esa agudización de contradicciones que pretenden es más utópica que muchas de las causas que ahora promueven; pero tampoco será el escenario que la mayor parte de ecuatorianos han estado anhelando, ni el devenir que muchas luchas sociales en más de una década han labrado, eso está claro.
Por lo dicho, votar SI en el referéndum implica además de reconocer que la naciente constitución es mejor que la de 1998, aquilatar las consecuencias que para el sistema político tendría decir NO o anular el voto.
Por। Melania Noemí Carrión G. (Artículo publicado en Diario La Hora Loja २३ दे agosto)

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