sábado, 15 de noviembre de 2008

“Correa si cumple sus promesas, el si nos ayuda”

Según últimos informes de la CEPAL y del BID sobre gasto social en América Latina, el Ecuador no solo es uno de los países con menor gasto social por persona en la región sino también uno de los que destina menos proporción de sus recursos para la inversión social, situación que desde finales de la década de los 90s y hasta el añ0 2007 no ha mostrado importante variación, dando lugar a la gran deuda social que han tenido los gobiernos de turno.
No está por demás recordar que la deuda social tuvo como aliados las recetas neoliberales de los organismos financieros internacionales y sus propuestas de modernización del Estado y eficiencia del gasto aplicadas en la región desde mediados de los 80s. Los programas de ajuste estructural incluyeron medidas como la focalización y descentralización de los programas sociales. Si bien el Ecuador no llegó a aplicar todo el recetario neoliberal como sucedió con países como Argentina y Brasil, el impacto en la brecha entre pobres y ricos no fue menor.
En este escenario, es rescatable que el actual gobierno haya asumido como reto el pago de esa gran deuda social y que haya centrado en su gestión la política social; medidas como el incremento del bono solidario, de los bonos de la vivienda y otros, son algunas manifestaciones de esa preocupación. Sin embargo, también es necesario advertir el peligro al asumir algunos enfoques en los programas sociales dirigidos a los “más pobres”. Es necesario que el ciudadano de a pie redimensione estas acciones, no puede seguir viéndoselas como la “ayuda” de un candidato o partido ahora en el Gobierno, sino como lo que son, medidas de promoción de los derechos económicos y sociales, derechos en sí mismos y que además debe decirse, fueron aplicadas como medidas temporales para palear los efectos del ajuste.
Ya es tiempo de difundir el ejercicio de derechos y ciudadanizar el acceso a los servicios, es un momento oportuno para dar nuevo contenido a la práctica estatal y quitarle los membretes asistencialistas que solo da lugar a la manipulación del voto. Mejor que los ciudadanos digan esté gobierno por fin está cumpliendo con sus obligaciones a escuchar afirmaciones como “Correa si cumple con sus promesas”, “él si nos ayuda”. Además, esperemos que el incremento en lo social sea el vaticinio del estado de bienestar y no, como antes, el de nuevas reformas neoliberales.
Por. Melania N. Carrión.
ARtículo publicado en Diario la HORA,octubre de 2008

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