domingo, 1 de junio de 2008

La era de la silenciosa explotación intelectual

Es probable que con tan solo leer el intitulado el lector pueda inferir el contenido de este artículo y seguro yo no tendría mucho que argüir de no ser porque se trata de una realidad latente, bastante naturalizada en nuestra sociedad, pero necesaria de repensar y discutir.
La llamada “sociedad del conocimiento”, ha permitido grandes avances y procesos de tecnificación, pero nos está dejando una compleja problemática que se profundiza día a día y que muy poco se ha observado. Así como la industrialización incentivó la emergencia de una gran clase obrera la que a criterio de Marx debía regentar la revolución que abriera paso al socialismo, así el capitalismo recargado ha generado ya no solo grandes capas obreras, sino amplias clases medias de profesionales e intelectuales, que estando en la lógica del mercado y siendo explotados a mansalva y de manera inhumana son las actuales víctimas de la una explotación silenciosa.
En todo momento escuchamos demandas laborales, estas en el mejor de los casos proviene de un pequeño número de profesionales insertos en empresas privadas y/o estatales; de un número medianamente importante de agremiados o sindicalistas; pero no se escucha la voz de los “consultores”, “académicos”, “investigadores” o “profesores universitarios”, para citar algunos ejemplos.
¿Por qué me refiero estos últimos que más allá de vender su fuerza física, la que a menudo es más fácil de estandarizar; venden su fuerza intelectual, la que es más difícil de medir, la que requiere una gran inversión de tiempo, preparación y muchas veces grandes sacrificios? Porque en nuestra sociedad, con la venia de instancias estatales, con la aceptación de los sectores involucrados y la naturalización por parte de la sociedad; se está alcahueteando nuevas formas de explotación más inhumanas que las que conocieron los obreros del siglo XIX de Marx.
Lo inaudito es que precisamente, entre esos sectores que sufren de explotación intelectual, hay muchos etiquetados “intelectuales progresistas” que están pensando formas de reivindicación social, sin siquiera ser totalmente concientes de la explotación que contra ellos mismos se realiza. Siguiendo la lógica del requerimiento marxista al proletariado, los sectores emergentes de la “sociedad del conocimiento”, podemos y debemos abanderar verdaderos procesos de dignificación y revolución.
Por. Melania N. Carrión. (Artículo publicado en Diario La Hora, 21 de mayo de 2008)

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