miércoles, 14 de mayo de 2008

Calma en la tierra de Martí: una preocupación más para Washington

"La libertad no puede ser fecunda para los pueblos que tienen la frente manchada de sangre."
José Martí
Washington tiene una preocupación más en el uso de su pode blando, los días posteriores al 31 de julio han evidenciado que EE.UU mantiene el interés geoestratégico de acabar con el régimen que sobrevivió a la URSS, a un bloqueo deshumanizante y a los embates del sistema internacional contemporáneo.
En efecto, la delegación forzosa de atribuciones que hizo el Comandante en Jefe y Presidente de Cuba a Raúl Castro, su hermano, pero también el primer Vicepresidente y constitucionalmente llamado a reemplazarlo, ha develado tres claras corrientes: Una primera, representada por aquellos que no aplaudieron las acciones de la revolución cubana, por los disidentes cuyos intereses particulares fueron afectados en beneficio de todos y por quienes huyeron de la represión sintiendo que sus “derechos a la libertad” fueron vulnerados. Este sector, señala que es necesario que el dictador libere al pueblo de su yugo.
Una segunda corriente está caracterizada por todo un pueblo que no se alegra por la enfermedad de su Comandante, que muy a pesar de Miami y Washington confía en el gobierno y no hará nada para liberarse del “tirano”. Sin duda, esta calma preocupa a la Comisión creada por Bush para la transición en Cuba. Este grupo no permitirá que EE.UU cumpla su destino manifiesto de llevar democracia y libertad a los pueblos oprimidos del mundo. ¿Será acaso que para el pueblo cubano la libertad va más allá de poder decir en un medio lo que se quiera, sin responsabilidad alguna? Talvez el pueblo de Martí, cree que el autor y protagonista de un bloqueo de 44 años que cuesta más de 1800 millones de dólares anuales a la Isla tiene la frente tan manchada de sangre que carece de moral para hablar de libertad.
Por último, una tercer grupo conformado por observadores foráneos, unos que siguen los acontecimientos e intentan saber quien tiene la razón, pero no pueden evitar confundirse cuando el juego mediático no logra demostrarles el odio que Miami dice siente el pueblo cubano; y, otros que abiertamente condenan el intento de intervencionismo y apoyan férreamente al régimen revolucionario.
POR. MELANIA NOEMÍ CARRIÓN (Publicado en Diario "La Hora" en agosto de 2006)

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