domingo, 11 de mayo de 2008

El camino presidencial en Francia, una realidad no tan ajena.

Empezó la campaña oficial y la pugna política hacia la presidencia francesa, una campaña que empezó incluso hace meses pero que ahora se intensifica y en la que los candidatos jugaran sus últimas cartas para captar la aceptación de un 42% de indecisos.
Cuatro son los candidatos que encabezan las encuestan y entre quienes estará el ganador hacia Elíseo: El derechista y favorito de Chirac, Zarkozy (Unión para un Movimiento Popular); Ségolène Royal (Partido Socialista); François Bayrou (Unión Democrática Francesa); y, de la extrema derecha Jean Marie le Pen (Frente Nacional).
Si bien los tres primeros guardan un margen estrecho de diferencia en las encuestas, nada se puede asegurar, ya que las últimas dos semanas de campaña serán decisivas para orientar la votación y los candidatos, haciendo uso de sus 45 minutos de promoción mediática, tendrán que hacer su mejor esfuerzo para seducir la votación de los jóvenes, mujeres y trabajadores indecisos.
Pese a la incertidumbre que existe en la coyuntura política, la segunda vuelta en la Quinta República Francesa de De Gaulle estará definida por las siguientes circunstancias: La división en la izquierda francesa; la denuncia de un acuerdo entre Chirac y Zarkozy; lo demagógico de las propuestas de los candidatos; la distancia entre lo que Haberlas llama el “mundo de vida” de los electores con los candidatos, así como la debilidad ideológica del partido socialista e incluso factores culturales como la discriminación de género.
Aun cuando para la Región, Francia y sus estatus de gobierno se sienta algo ajeno, en el contexto internacional no es nada que deba pasarse desapercibido. Además de los cambios internos que puedan darse con el presidente electo, la política exterior que con él se configure significará un hito no solo para la Unión Europea sino también para el juego de fuerzas internacionales en la ONU y en los Organismos Multilaterales.
Cualquiera sea el resultado de la primera vuelta, la respuesta del pueblo francés a un ejercicio democrático será el inicio de una nueva pugna y reorientación de fuerzas políticas para elegir al sucesor de Chirac. América Latina debe estar atenta porque al elegirse al presidente Francés y pese al peso parlamentario se puede estar decidiendo un voto a favor o en contra de una invasión.
Por. Melania Noemí Carrión (Artículo publicado en Diario "La Hora" en abril de 2007)
mcarrion@uasb.edu.ec

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