domingo, 11 de mayo de 2008

¿Esta en juego la democracia con el SI?

Se ha intensificado la campaña por el NO acaudillada por la UDC con el argumento de que el votar SI significa poner en riesgo la democracia, deberíamos preguntarnos qué están entendiendo estos sectores por democracia para hacer tal afirmación.
Si la democracia es entendida como la poliarquía de Dahl, lo más cercano a un régimen con suficientes niveles de debate y participación electoral y que se expresa en el reconocimiento de derechos civiles y políticos mediante un Estado de Derecho (constitucional), la Asamblea no debe preocuparles, pues el Estatuto señala que ésta deberá respetar los derechos fundamentales de los ciudadanos; si entienden una democracia en la que todos los sectores, incluso las elites pueden filtrar sus preferencias, tampoco está en riesgo pues una lectura poco minuciosa del Estatuto devela las garantías a su participación. Pero si hablamos de una democracia liberal en la que las minorías gobiernan con discurso de mayoría, en la que en nombre de la libertad se sacrifica la igualdad, en la que el poder y los deseos no precisamente emanados de la “voluntad popular” se han entregado a practicas deshonestas y contrarias al interés general, en la que bajo el discurso liberal se ha dejado sin fuerza al Estado permitiendo su paulatina enajenación que no se traduce en mejoramiento de la calidad de vida de la mayoría menos favorecida, talvez esa concepción de democracia si esté relativamente en peligro.
Me explico, los asambleístas no podrán deslindarse de su mandato: elaborar una “Nueva Constitución” nueva en el sentido que ésta dejará sin efecto en su totalidad a la anterior, pero no totalmente nueva en su contenido, por una simple razón: por más poderes plenos que tenga la Constituyente está no se dará en un momento histórico como al salir de un régimen monárquico o autoritario en donde no hay Estado de Derecho; la asamblea no estará conformada por radicales revolucionarios que desconozcan los derechos y libertades fundamentales de “todos” los ciudadanos, pero si podría estar conformada por quienes deseen cambiar desde el régimen y sistema político la “estructura institucional del Estado”, es decir la parte normativa y operativa de los principios doctrinales con los que muy pocos podrían discutir. La democracia, si la hay, no está en peligro, podría profundizarse.

Por Melania Noemí Carrión. (Artículo publicado en Diario "La Hora"/Marxo de 2007)
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