miércoles, 14 de mayo de 2008

Relaciones Ecuador-Irán

En el Ecuador los medios y las elites mediáticas han empezado una campaña no de debate como debería esperarse sino de censura a la decisión del gobierno de acercarse al régimen democrático de Madhmoud Ahmadinejad, aduciendo que al ser Irán uno de los países del “eje del mal” y al no ser bien visto por la comunidad internacional, Ecuador se estaría granjeando desavenencias con los “amigos” norteamericanos y europeos.
Este argumento se basa en un análisis a priori de los efectos que tendría la apertura de una oficina comercial iraní en el Ecuador prevista para finales del año. Claro, esto no llamara la atención sino se tratará de Irán, una país ya amonestado por la ONU por negarse a desmantelar por completo su programa nuclear. Por varias ocasiones las que incluso constan en los archivos de la ONU, se ha verificado que no existe prueba plena de que Irán esté armándose con fines que superen el aprovechamiento energético para satisfacer necesidades de la población y la industria nacional; sin embargo, cómo se trata de un país alejado de Washington ha sido calificado por Estados Unidos y en particular por asesores como Rice de país paria, aunque ya nadie desconoce que tales consideraciones responden a la importancia geoestratégica de Irán y su potencial en petróleo y gas.
Basta un pronunciamiento del hacedor de política exterior de la Unión Europea (Ahora regentada por el dueto Alemania-Francia) ante el acercamiento de Ecuador, Venezuela, Bolivia y Nicaragua a Irán para que en el País los medios hagan uso de su principal estrategia “la satanización”. Sin duda, preocupa que Ahmadinejad promueva la desaparición de Israel, pero nadie dice nada de Sarkozy quien ha prometido invadir Irán. La respuesta dada por el Ministro de Gobierno resulta coherente, en efecto por ser socios comerciales de EUA no puede adjudicársenos estar de acuerdo con sus cruzadas armamentistas como tampoco por las opiniones de Ahmadinejad. La poca visión de los analistas los lleva a omitir considerar que en lugar de perjudicarnos la relación con Irán, Venezuela, Nicaragua y Bolivia, en los actuales momentos significa una estrategia política para dejar de ser los paisitos y convertirnos en verdaderos actores-jugadores internacionales. Por el momento, parece acertada la conducta asumida por la diplomacia ecuatoriana asumiéndose portavoz de la soberanía nacional.
Por. Melania N. Carrión (Artículo publicado en Diario La Hora, octubre de 2007)
ncarrion@flacso.org.ec

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