miércoles, 14 de mayo de 2008

La calidad en el Sistema Nacional de Educación Superior (I)

Está en el tapete y ya situada en la agenda gubernamental y el debate público, la reforma al Sistema Nacional de Educación Superior; el tema y la tendencia hacia su mejoramiento ha sido mayoritariamente aceptado por quienes coadyuvan desde frentes diversos al proceso de formación de la opinión pública. En el centro del debate se analiza lo que se conoce como “garantía de la calidad de la educación superior” y es este aspecto al que me referiré dejando al lector algunos elementos de análisis.
No quiero argumentar en demasía la importancia de una de las tendencias en Educación Superior situada en el debate global a finales de los 90s e interiorizada ya en muchas de las naciones parte de la ONU que se han hecho eco de propuestas orientadas al mejoramiento de la calidad de la educación superior. Sin embargo, debe resaltarse que la calidad en la educación superior va asociada al rol y responsabilidad social de los Institutos de Educación Superior (IES) y a su rendición de cuentas.
Una de las maneras más aceptadas y pertinentes para asegurar el mejoramiento de la calidad es la evaluación y acreditación, una herramienta que deberá considerar los siguientes principios: a) Debe ser garantizada por una agencia estatal; b) Debe incluir características, estándares e indicadores que respondan a los desafíos a los que se enfrenta la “sociedad del conocimiento”; c) Si bien debe responder a criterios consensuados en la comunidad internacional, sus especificidades deben ineludiblemente ser coherentes con la realidad nacional; d) Debe ser transparente y flexible en el manejo de herramienta técnicas de aplicación principalmente en los proceso de autoevaluación; y, e) Deberá contemplar los distintos niveles de evaluación: institucional, por carreras, programas y, rendimiento docente.
Ahora bien y aunque suene reaccionaria, estimo que es necesario que los cambios que se hagan a la educación superior en general y al que arguye a la calidad en particular (Sistema Nacional de Evaluación y Acreditación) sea de carácter reformista. Los costos a asumir mejorando lo existente son menores que los costos en los que se incurriría con una transformación total; lo contrario sería cometer los errores de la revolución bolivariana de Venezuela y que resulte que al final el remedio fue peor que la enfermedad.
Por. Melania N. Carrión (Artículo publicado en Diario La Hora, febrero de 2008)
ncarrion@flacso.org.ec

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