miércoles, 14 de mayo de 2008

Cambio radical, reforma institucional o cualquier otra cosa

Me niego a juzgar el trabajo de la Asamblea Nacional Constituyente en función del tiempo transcurrido desde su instalación y los escasos acuerdos y artículos aprobados. Un ejercicio de sindéresis natural, permite concluir que una riqueza en el debate y un trabajo realizado a conciencia supone tiempo, significa tomarse las cosas con calma; pero siendo críticos ¿es este el caso del proceso constituyente ecuatoriano?
Es un momento oportuno para realizar una evaluación que no pasa insisto, por los productos acordados sino por un aspecto poco analizado por mis colegas de opinión: la calidad en el debate y la pertinencia de las propuestas.
Advertía hace muchos meses atrás, que una seria reforma constitucional significaría tocar, de manera ineludible, temas complejos muchos de ellos imbuidos de un alto componente técnico y que en consecuencia, el voto ciudadano debía privilegiar a quienes estén capacitados para tal agencia. Con agrado observé en otra ocasión el notable interés del actual gobierno por incluir en la gestión administrativa del Estado a profesionales de alto perfil y de mentes lúcidas, aún lo reivindico porque he podido notarlo en instancias claves. Pero me temo, que no sucede lo mismo y en la misma forma en el proceso constituyente, los resultados serán luego poco satisfactorios.
Ver de cerca el trabajo de la ANC, me permite advertir de un gran peligro: temas delicados y trascendentales para la aclamada “reforma política e institucional del Estado”, no están siendo tratados por quienes son expertos en la materia. Advierto una peligrosa carencia en la calidad del debate, no porque no lo haya, al contrario, he podido ver que existe, pero este no sitúa en el centro los aspectos fundamentales, a lo que se suma una retahíla de “asesores” a quienes les quedaría mejor el cargo de secretarios.
En una estrategia electoral y bajo el paraguas de “mitos movilizadores”, se está mareando la perdiz y eludiendo tomar decisiones en temas claves y, no me refiero a los “morales”, sino a los que se relacionan con la soñada gobernabilidad. Si no se deja a una lado el sectarismo y se incluye en el debate las propuestas válidas de expertos y críticos, al final del día, no tendremos el cambio radical, que dicho sea de paso, advertí utópico; ni tampoco la reforma institucional en la que siempre confié; sino cualquier otra cosa con efectos impredecibles para el sistema político.
Por. Melania Noemí Carrión (Artículo publicado en Diario La Hora, abril de 2008)
ncarrión@flacso.org.ec

5 comentarios:

Viviendo en tierra de Vikingos dijo...

Hola Melany, aviso que de partida estoy en contra de la ANC. Es un ejercicio que desde el principio fue concebido inadecuadamente y que por tanto no puede traer ningún tipo de cambio.

Con eso en mente, la ANC se a tomado poderes que nadie (nosotros el pueblo, en teoría el mandante) les dio. El asunto de mandatos, anmistías y demás no puede estar más lejos del estatuto aprobado en las urnas.

Comparto contio la idea de que la gente que está en la asamblea con muy escazas excepciones son gente sin la preparación necesaria para redactar una constitución que planeaba ser "reformatoria" de ahí que lo que ahora se tiene es una mezcla de idealismos absurdos, revanchismos políticos y nociones contradictorias.

Todo lo que la ANC hace, lo hace con la veña de Correa en Carondelet. No hace falta si no mirar las "reuniones" en las cuales a manera de capataz de hacienda Correa dicta la ruta para las "reformas".

La Asamblea como tal ya no cumple el propósito original de crear un sistema nuevo e incluyente. Y cualquier debate termina mostrando ser totalmente alejado de la realidad. La inclusión de temas "controversiales" tiene que ceder terreno a un cálculo electoral que nada tiene que ver con la supuesta revolución ciudadana.

Es lamentable ver la forma en la que se ejerce el poder en el país. Sin instituciones de control, sin una oposición que funcione como tal y sin mecanismos de rendición de cuentas. Vote por Correa convencida de la capacidad de él para trabajar por el país, aunque siempre consideré a la asamblea innecesaria voté por eso en consecuencia con los planteamientos de Correa. Sin embargo ahora veo que me equivoque y bastante. Solamente espero que el error no sea demasiado grave.

Alejandra

Unknown dijo...

Estimada MElany, el analisis que haces sobre la ANC se enmarca en la realidad actual, lastimosamente se ha comprobado que no hay debate de ningún tipo en su foro (a pesar de insistir que si lo hay) los asambleistas de la mayoría se han dedicado a levantar la mano, avalados por los asambleistas de minoría que no hacen nada más que observar. Los proyectos que hemos escuchado se refieren a la soberanía del orgasmo, el cambio de los símbolos patrios, y uno que otro disparate más que no merece ser mencionado, que dejan entrever la improvisación, desconocimiento y falta de propuestas de los representantes. Lastimosamente de esa forma no habrán cambios, y las reformas no se darán mientras no haya decisión política por parte del gobierno y los integrantes de la que involucre a todos los actores del sistema actual, dejando de lado ideologías radicales, sino más bien observando el lado práctico de la política que permina la mejoría de la situación de los habitantes.
La ANC debe enfocarse en temas concretos y transcendentales, como son la justicia, la inclusión social, la salud, educación, el comercio, las relaciones internacionales. Esto lo tenemos claro.

Melania N. Carrión (Politóloga - Investigadora) dijo...

Querida Alejandra, gracias por tu comentario y precisiones. Coincido contigo en todos los puntos y me congratula saber que aunque estás ausente de nuestro País, sigues de cerca sus problemáticas; si ampliamos las voces críticas, seguro el gobierno y las "ahora" elites políticas podrán advertir el camnino que necesitan seguir si no quieren terminar como sus antecesores.

Melania Carrión

Melania N. Carrión (Politóloga - Investigadora) dijo...

Mi querida Adri,

Gracias por tu comentario, no tengo claro si el problema está en las "ideologías radicales", en momentos me parece es más grave no tener claro que tipo de valores y prácticas deben sostener una determinada ideología. No veo, siendo sincera, manifestaciones contundentes del radicalismo aunque discursivamente bajo el se enconden no muy productivas expresiones.

Como señala Alejandra, mucho tenemos que inquirir a la llamada "oposición", la que no está cumpliendo su rol, talvez porque no se siente afectada, porque no termina de organizarse o porque cuando antes lo ha hecho ha sido para interferir perniciosamente antes que aportar. Es posible también, que la decepción de Alejandra por ejemplo, se deba a que el Gobierno no tiene verdaderas voces críticas y eso le lleva aprocesar los conflictos a criterio de unos cuantos "estrategas" que aunque tengan "nobles intenciones", están elevando sus pies del suelo... están omitiendo "escuchar" las mínimas manifestaciones....

Melania

Melania N. Carrión (Politóloga - Investigadora) dijo...

Mi querida Adri,

Gracias por tu comentario, no tengo claro si el problema está en las "ideologías radicales", en momentos me parece es más grave no tener claro que tipo de valores y prácticas deben sostener una determinada ideología. No veo, siendo sincera, manifestaciones contundentes del radicalismo aunque discursivamente bajo el se enconden no muy productivas expresiones.

Como señala Alejandra, mucho tenemos que inquirir a la llamada "oposición", la que no está cumpliendo su rol, talvez porque no se siente afectada, porque no termina de organizarse o porque cuando antes lo ha hecho ha sido para interferir perniciosamente antes que aportar. Es posible también, que la decepción de Alejandra por ejemplo, se deba a que el Gobierno no tiene verdaderas voces críticas y eso le lleva aprocesar los conflictos a criterio de unos cuantos "estrategas" que aunque tengan "nobles intenciones", están elevando sus pies del suelo... están omitiendo "escuchar" las mínimas manifestaciones....

Melania