miércoles, 14 de mayo de 2008

Se calienta el motor franco-alemano

Como ya había advertido en un artículo anterior, las elecciones francesas no podían ser consideradas ajenas para ningún país del mundo, debido a su fuerza política estratégica tanto desde Europa como también desde el seno de Naciones Unidas.
El triunfo de Sarkozy era más que probable, los votos del denominado “centro” que Royal trató de conquistar, le fueron esquivos y la derecha francesa se apresta a importantes transformaciones en la política nacional e internacional.
Además de la profundización de medidas económicas y sociales que afectarán a los sectores menos favorecidos de la gran Francia y que con certeza se cobijarán en un discurso de identidad nacional, un tanto peligroso, Sarkozy como Ministro del Interior, venía pensando y se manifestó en varias ocasiones profundamente preocupado por la parálisis en la que se encontraba la Unión Europea, situación en la que su país y holanda al decir no a la Constitución en el 2005, tienen gran responsabilidad.
Ya en el sillón de De Gaulle, Sarkozy ha demostrado la urgencia de impulsar la Unión Europea y con la canciller alemana Angela Merkel se calienta el motor franco-alemano que podría sacar a la UE del Stand bye en el que se encuentra. El “no” francés a una constitución europea que ponía en riesgo su envidiable “estado de bienestar”, podría convertirse en el “si” a un tratado común que permita cambios en el parlamento y la comisión europea para perpetuar la influencia de los cuatro países más poblados de Europa, una visión muy al estilo Sarkozy.
Una Unión Europea, fuerte y decidida como lo fue Francia al oponerse a crímenes de guerra y a intervenciones militares disfrazadas, podría significar mayor seguridad internacional y el equilibrio de poder reclamado por Rusia y el mundo, sin embargo, aunque es menos probable, un giro en la política exterior de la UE hacia el intervencionismo militar sería el peor de los escenarios para el sistema internacional contemporáneo. Pero ya en otro ámbito, existe el peligro inminente que el motor franco-alemano también sea el impulso para leyes anti-inmigrantes reclamadas permanentemente por Sarkozy y, que Francia impulsando la UE países como Turquía corren peligro de ser rechazados en la Unión lo que significaría cambios en las estrategias de Europa del Este y de Rusia.
Por. Melania Carrión G. /Artículo publicado en Diario La Hora, mayo de 2007.
mcarrion@uasb.edu.ec

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