miércoles, 14 de mayo de 2008

Pensamiento político (I)

Nada me parece más propicio, ahora y siempre, que los hombres y mujeres eleven su mente y su capacidad en procura de alcanzar la grandeza y virtuosidad que en el mundo de las ideas se requiere como fuente y alimento del quehacer en la esfera de lo político.
El pragmatismo y la visión utilitarista en las ciencias y en el pensamiento – que no juzgo y al contrario me embeleza- no pueden desconocer que al nacimiento de toda acción, estrategia o práctica política debe preceder una profunda reflexión de filosofía moral, sin la cual nuestros argumentos puede perderse en la confusión y en la vaguedad.
Pero cuando aludimos a la filosofía moral, entiéndase, que no nos estamos refiriendo a idílicas visiones normativas e idealizados sistemas de convivencia ajenos a la historia y a la práctica humana, la filosofía moral implica pensar en valores pero también en “realidades”.
Somos deudores de grandes pensadores como Maquiavelo, Descartes, Hobbes, Locke, Tocqueville, Burke, Rousseau, Montesquieu, Madison, Hamilton, Jay, Mill, Smith, Hegel, Marx, Engels, Simon y otros, quienes propusieron el debate de ideas políticas que son tan actuales como hace siglos y en las cuales aquellas mentes que pretenden el gobierno estatal, deben estar pensando.
El pensamiento político contemporáneo no puede sentirse satisfecho con tener respuestas técnicas a problemas de política pública o del quehacer político como arena del conflicto; quienes miren las respuestas, quienes piensen en soluciones, no podrían darlas como recetas aprendidas de cocina, se requiere más que eso, urge reflexión en el mundo de los principios, de aquellas ideas que plantean los conflictos y hacen ver distintos los valores.
Muchos políticos han dicho que no se puede contentar a todos los miembros de una sociedad, por la simple razón de que tenemos preferencias y deseos distintos. Sin embargo, hay valores a los que todos convocamos y en los que creemos haber llegado a un consenso, de esos valores y de las respuestas que demos a su origen y garantía depende mucho de lo que en política podemos dar o esperar. En este espacio se presentará una serie de ideas que invitan a la reflexión, al análisis y que esperan llevar al lector a verse no como ente activo de una sociedad que requiere pensarse.
Por. Melania Noemí Carrión. (Artículo publicado en Diario la Hora, diciembre de 2007)
ncarrion@flacso.org.ec

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