miércoles, 14 de mayo de 2008

RCTV, democracia y libertad de expresión en América Latina

La no renovación de la concesión a RCTV por parte del gobierno venezolano, ha sido duramente criticada y lo que muy bien puede ser un conflicto de resolución interna, se ha revestido de matices políticos diversos.
De entre los argumentos y denuncias esgrimidas dos son las que conminan particular atención: Que no hay libertad de expresión y en consecuencia democracia en Venezuela; y, que el caso venezolano puede generar el efecto dominó en la Región.
Respecto a lo primero hay que considerar que la teoría de la democracia liberal, que es la contemporánea, esgrime que un requisito básico de la democracia es el Estado de Derecho en el que se establecen las reglas y el que permite la libre competencia entre los actores políticos. Por antonomasia hay algo que no pocos se atreverían a afirmar: los medios de comunicación muchas veces han desviado su rol informativo y su proclamada imparcialidad para cumplir fines políticos no conjugados con el interés común y la estabilidad política de un país. Esto nos lleva a dos claras conclusiones: el gobierno venezolano legitimó su decisión conforme a derecho y en democracia; y, en efecto la decisión tiene un gran componente de retaliación política por la participación de RCTV en la asonada golpista.
Los maniqueos políticos de ambas partes están jugando en un escenario político cargado de simbolismo, pero dada la estrafalaria cobertura que se le ha dado al caso RCTV, una decisión que legitime hacia el mundo la decisión, podría ser en efecto una consulta popular, aunque ello signifique un alto costo económico y satisfaga las pretensiones del oponente.
Por otro lado, el efecto dominó que se teme suceda en América Latina por la influencia que Chávez posee, es menos probable, porque haciendo una génesis del conflicto, su reproducción significaría un costo político que talvez los líderes de la región no estén dispuestos a pagar.
De cualquier forma, en democracia liberal y en cualquier régimen en donde la mayoría gobierne, la libertad de expresión, incluso de la minoría, no puede ser sacrificada. Los medios juegan un rol trascendental en la formación de la opinión pública y en este contexto lo idóneo no es conculcarlos sino regular su participación en la arena de lo político.
Por. Melania N. Carrión (Artículo publicado en "Diario La Hora", junio de 2007)
mcarrion@uasb.edu.ec

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